sábado, 19 de febrero de 2011

+ fotos de nuestras pateadas...

Kadu; llegando a "Cola Caballo".

 Oscar, Kadu y David, comiendo en "Cola Caballo".

 David en el paso de "las clavijas".

 Valle desde arriba, tras pasar "las clavijas".

 El último Mohicano, llegando al refugio de Góriz. (David)

Vista de la bajada de Monte perdido, al amanecer. (Oscar)

 Subiendo a la Brecha de Rolando.
Javierre y Kadu almorzando en el refugio Serradets.

                                                        Javierre, a 20 metros de la Brecha

   Valle de Ordesa y Monte Perdido; en imagen a lo lejos, David.

 Javierre, Kadu & David; la Brecha.

 Principio del Valle de Ordesa

The family of Sarrios

miércoles, 16 de febrero de 2011

Un poco de nuestras aventuras

 
  Impresionante paisaje por el camino de Piñarroya

 
   Kadu!!


   Arriba se empieza a ver la Brecha...aun quedan unos 3 cuartos de hora...

 El marqués se dirige a coronar la Brecha de Rolando...XD


Un conocido compañero de viaje...

 Unas jotas en la orillica de España-Francia !!

 Deliverando en el almuerzo....

Ojo Daviiid....que te vas a caeer!!

 Comiendo a los pies de la Peña Montañesa...(un día cojonudo)


Cascada helada del río Arazas, camino de Góriz

PD: Aquí colgamos unas fotos de nuestras pateadas varias. Para la próxima actualización del blog, subiremos más. Si os apetece que actualicemos con algún tema en concreto, por curiosidad, saber más o porque simplemente os sale de la puntica, lo ponéis y se intentará complementar... Un saludo!!

miércoles, 9 de febrero de 2011

Alimentación básica para montaña y alpinismo



El alpinista es una persona que además de practicar un deporte duro, de larga duración, debe enfrentarse a situaciones climáticas adversas, como temperaturas muy bajas, y a la altitud. También hay que tener en cuenta que el equipo que se requiere en ocasiones es muy voluminoso y que la comida debe ocupar poco espacio y tener un peso lo más reducido posible.
A una altitud de 3.000 metros una persona entrenada puede realizar una actividad normal sin modificaciones dietéticas especiales. Sin embargo, a altitudes superiores a los 4.500 metros se produce un aumento del catabolismo, es decir, se consume más energía realizando el mismo esfuerzo, o dicho de otro modo, se necesita tomar más alimentos y calorías. Este aumento del catabolismo provoca en el alpinista pérdida de peso, de masa muscular y de grasa. Además de hacer los menús para los días que dure la subida y llevar todas las provisiones necesarias, en la planificación dietética el alpinista debe salir ya de casa en una situación metabólica óptima. 



Antes de salir 

Es conveniente realizar durante una larga temporada una dieta rica en hidratos de carbono y se debe controlar el peso de forma muy estricta: no es bueno que se tenga un exceso de peso ni tampoco que se esté delgado, siendo mejor 1 kg. de más, debido a que al incrementarse el catabolismo habrá una tendencia a perder peso. También hay que tener en cuenta que el panículo adiposo (tejido graso, para los incultos) protege al alpinista del frío y le proporciona reservas energéticas. 


En el campamento base

Al llegar al campamento base (en escaladas de varios días o en altitudes superiores a los 2.500 metros) es conveniente tomar unos días de descanso para adaptarse y aclimatarse en altura y condiciones externas del clima. Es recomendable una dieta rica en hidratos de carbono, ya que son más fáciles de metabolizar y más apetecibles y fáciles de tomar que un alimento proteico o graso, en una situación en la que además el alpinista no tendrá demasiado apetito. Aunque se dé esta falta de apetito se debe hacer un esfuerzo por comer, ya que si al aumento del catabolismo le añadimos un aporte calórico deficitario la pérdida de peso será importante.
Las comidas deben ser lo más parecidas posibles a las que el alpinista esté acostumbrado (absténgase el cocido de la madre y el pollo de la abuela) y otro punto clave es la necesidad de beber agua: el alpinista suele ser algo "perro" al respecto porque conseguir una pequeña cantidad de agua supone fundir bastante nieve. En la montaña, aunque no haga calor y no se perciba el sudor como en otros deportes, la deshidratación es muy frecuente por dos razones:
- la sequedad del aire.
- las raciones alimentarias suelen estar deshidratadas para intentar disminuir al máximo su peso.


*Es importante destacar que el agua obtenida de la fusión de la nieve no contiene sales minerales, por lo que es aconsejable hidratarla, en caso no hacerlo de algún modo, será causa segura de diarreas y dolores de estómago.
Otro problema importante es la aparición de estreñimiento, favorecido por la altitud y por una alimentación pobre en fibra. Convendrá por tanto tomar algún alimento o preparado rico en fibra (hay que evitar los laxantes). 

Provisión durante la escalada

1.- Para un sólo día: si el clima es bueno y se piensa volver a casa por la noche no hay que tomar demasiadas precauciones y bastará con un desayuno rico en hidratos de carbono y con llevar una bolsa de provisiones con frutos secos, chocolate, bocadillo de queso o embutido (un buen chorizo picante nunca falta en mi mochila), galletas y zumo de frutas o agua ( 500 cc como mínimo ).

2.- Para varios días: la provisión de comida debe ser muy cuidadosa, buscando alimentos con un alto contenido energético, que pesen poco y que no sean perecederos.
Los alimentos básicos que no deben faltar son:
- leche concentrada o en polvo - sopa de sobre soluble
- cereales - mantequilla
- frutos secos y pan - té o café soluble
- chocolate y azúcar - miel
- paté de carne y/o conservas de pescado - queso

Al regresar
Al regresar de la escalada el alpinista suele tener mucho apetito, casi una necesidad impulsiva de comer, sea lo que sea y a cualquier hora. Se puede permitir entonces, el lujo de comer lo que le salga de la figa.


sábado, 5 de febrero de 2011

Entrenamiento físico para montaña y alpinismo

Para la práctica adecuada de la alta montaña lo que principalmente requerimos es Resistencia; ésta se define como la capacidad para sostener un esfuerzo eficazmente el mayor tiempo posible. ¿Cómo la obtenemos? Por medio de los ejercicios aeróbicos. 
La clave está en el oxígeno. Para realizar cualquier actividad nuestro cuerpo requiere energía, y para producir esta energía el cuerpo necesita oxigeno, por lo tanto, mientras mayor oxigeno pueda introducir y aprovechar nuestro cuerpo, mayor será nuestra energía y resistencia. Los ejercicios aeróbicos aumentan precisamente la cantidad de oxigeno que puede aprovechar el cuerpo durante determinado tiempo. ¿Cuál es el ejercicio aeróbico más efectivo? Sin lugar a dudas es el correr. Porque correr nos exige un mayor esfuerzo, simplemente por el hecho de tener que cargar con nuestro propio cuerpo, cosa que no ocurre con otros ejercicios aeróbicos como la natación o el ciclismo. Por lo tanto correr nos proporciona una mayor resistencia en menos tiempo. 

Dentro de nuestro entrenamiento debemos cubrir tres objetivos: correr la distancia suficiente, a una velocidad suficiente y con la frecuencia suficiente. ¿Cuánto debemos correr? Antes que nada si se es principiante y se está en la edad adulta es necesario hacerse un chequeo médico, para estar seguros de que no se cuenta con algún impedimento físico para la práctica del ejercicio. Una vez hecho ésto, lo más adecuado es comenzar caminando rápidamente (no paseando) una distancia de 2 a 4 Km., durante unas 2 semanas. Ahora si ya podemos empezar a correr. Para empezar unos 3 Km., son muy buenos, posteriormente podemos ir aumentando la distancia a razón de 500 metros por semana. Con que se llegue a correr entre 5 y 10 kilómetros cada vez, se estará en buena condición física para la alta montaña. ¿Cómo de rápido? Ya sea que corramos 3 a 30 kilómetros, siempre debemos hacerlo a un ritmo que nos permita mantener una conversación, es decir, si podemos hablar mientras corremos, es que lo estamos haciendo bien; si comenzamos a jadear es que estamos corriendo demasiado rápido. ¿Cómo de seguido? Unos 4 ó 5 días a la semana está bien; pero nunca diario, es necesario darle al cuerpo uno o dos días de descanso para evitar la fatiga.

Formas de correr:
 
Para la alta montaña es conveniente entrenar por medio de tres formas distintas de carrera:
a) Largas distancias lentas.- Son la base del programa, nos dan gran resistencia.
b) Fartlek.- Consiste en correr campo a través en todas direcciones y a diferentes ritmos, ya sea subiendo, bajando, en zig-zag, en terreno plano, a velocidad normal, acelerando, etc., lo cual nos da resistencia, agilidad y velocidad.
c) Correr en subidas.- Es importante hacerlo ya que en la alta montaña tenemos que subir durante varias horas y hasta días; podemos correr en una pendiente larga siempre de subida, o bien subir y bajar varias veces una pendiente corta.
El como combinar estas tres formas de carrera es cuestión de gustos, el objeto es darle variedad al entrenamiento, de lo contrario caeremos en la monotonía y el aburrimiento. 

Equipo para correr:
Lo más importante son las zapatillas de treking; estas deben ser muy ligeras y cómodas. No debemos escatimar dinero en adquirir unas buenas zapatillas para correr; hacerlo con unas inadecuadas puede llevarnos a una lesión. Una buena marca son los Adidas Trx, Salomon está especializada en calzado de montaña. Igualmente debemos utilizar ropa ligera y floja, preferentemente telas de poliéster de secado rápido, ya sean camisetas, shorts o pants; pero nunca jeans o algo similar puesto que el roce de estas telas puede causar heridas. 

Ejercicios complementarios:
Además de correr es necesario y conveniente realizar ejercicios complementarios de tres tipos: a) Abdominales.- Con que hagamos unas 100 diarias es más que suficiente, no es necesario hacerlos todas seguidas, podemos hacer 4 series de 25 utilizando diferentes ejercicios para el abdomen. b) Flexibilidad.- Basta con realizar éste tipo de ejercicios unos 10 minutos diarios; nos ayudarán a evitar lesiones como calambres, tirones o hasta desgarres. c) Entrenamiento de pesas.- Si además se entrena con pesas para fortalecer los hombros, la espalda baja, los cuadriceps de las piernas y las pantorrillas entre otros músculos, es muy bueno. Las barras y los fondos tambien son muy recomendables. Nunca sabemos cuando vamos a necesitar de mucha fuerza, por ejemplo para rescatar a un compañero herido. 
Nota importante.- Una vez que estamos preparados debemos descansar el
día anterior y posterior a la excursión; o bien descansar hasta dos días poste-
riores si la excursión fué muy pesada. 

Sobre-entrenamiento:
Este punto es importantísimo. Debemos de tener mucho cuidado con no sobre-entrenarnos, es decir, no entrenar de más. La línea que separa un muy buen entrenamiento del sobre entrenamiento es muy pequeña, el entusiasmo puede llevarnos a esforzarnos de más. La clave es entrenarse, no agotarse. Entrenar de más es tan malo como no entrenar. Una forma muy eficaz de saber si estamos entrenando dentro de nuesta capacidad es por medio del pulso. Un pulso normal fluctúa entre 60 y 80 pulsaciones por minuto dependiendo de cada persona. Para sacar nuestro pulso basta con contar nuestras pulsaciones durante 10 segundos y multiplicarlo por 6. Pero una cosa es nuestro pulso normal en descanso y otra nuestro pulso máximo al que debemos llegar al entrenar; para obtener éste último a 220 debemos restar nuestra edad y el resultado multiplicarlo por 0.85.
Pulso Máximo = (220 − edad) * 0.85 
Si tenemos 20 años, la pulsación máxima a la que debemos llegar (220-20)*0.85= 170. Ahora bien, una vez que terminamos de entrenar es necesario que: - A los 5 minutos nuestra pulsación haya bajado de 120 y a los 10 minutos debe haber bajado de 100 -. Si esto no ocurre así significa que el programa de acondicionamiento es demasiado intenso y debemos reducirlo. Otra forma de determinar lo anterior es tomándonos el pulso al despertarnos por la mañana; entrenamos ese día y al siguiente nos tomamos el pulso de nuevo al despertarnos. Si el número de pulsaciones es superior a las del día anterior debemos entrenar menos o bien descansar ese día. Para evitar el sobre-entrenamiento una forma muy eficaz es alternar días de entrenamiento duro con días de entrenamiento suave. Además del pulso otros síntomas de sobre-entrenamiento son:
Disminuye nuestra resistencia.
Fatiga general (flojera, apatía, falta de interés por entrenar).
Músculos muy doloridos.
Temblores.
Fiebre (Cuando éste último síntoma ocurre estamos a punto de sufrir un shock bastante elegante).
Otras señales de alarma son:
Falta de apetito.
Insomnio.
Irritabilidad.
Dolor de cabeza o de estómago.
Falta de entusiasmo para realizar actividades normalmente topeguapas. 


Descanso:
Es muy conveniente dormir unas 8 u 9 horas diarias, si no, no tendremos un buen rendimiento. 


Conclusiones despues de tanta chapa !!


De lo expuesto anteriormente y debido a que el esfuerzo desarrollado en la montaña es continuo se deduce que un entrenamiento encaminado a la resistencia es lo más conveniente para quien empieza a practicar el montañismo, de ninguna manera queremos decir que se descuiden los ejercicios de fuerza y flexibilidad (se debe ser muy prudente para comenzar con este tipo de ejercicios). Lo ideal en todo caso es un entrenamiento con un ejercicio aeróbico como ya indicamos anteriormente. 



PD: LA PROXIMA ENTREGA SERÁ SOBRE LA ALIMENTACIÓN RECOMENDABLE...SALU2!!

sábado, 15 de enero de 2011

Graduación de la escalada en roca


El sistema de graduaciones constituye una herramienta más dentro de aquellas disponibles en el mundo de la escalada. Es un elemento orientativo que nos permite decidir si la ruta elegida está dentro de nuestras fuerzas y posibilidades técnicas. Es importante leer e interpretar adecuadamente tal menestra de números y letras con el fin de disponer de una referencia exacta y acertada. Está claro que no estamos obligados a emplear el sistema de graduaciones antes de comenzar nuestra ascensión, pero puede ser una buena herramienta de ayuda para un gran número de escaladores.

El grado de la vía viene dado por la dificultad técnica del paso, sin tener en cuenta el sistema de protección empleado, el patio, las condiciones climatológicas, el factor caída, etc. Debería costarnos lo mismo un paso de 6a a dos minutos del coche que otro a 500 metros del suelo. La dificultad técnica es la misma pero las condiciones ambientales son diferentes. Lo mismo con un paso de 6a de escalada en fisura y un paso de 6a de escalada deportiva. La dificultad técnica es la misma, a pesar de que la dificultad a la hora de colocar material es mayor durante la escalada en fisuras. La persona que gradúa la vía ha de hacerlo concentrándose en el esfuerzo y la dificultad del paso y olvidarse de las condiciones psicológicas y ambientales. A la hora de la verdad tales condicionantes afectaran a la hora de graduar, cuando en realidad no debieran afectar tal proceso.

En España y otros países europeos empleamos el sistema de graduación francés de dificultad en roca. Empezando en el número 1 y terminando actualmente en el número 9. Es una graduación abierta con posibilidades de progresión. El V (5) es el grado en donde empezarán las dificultades de escalada para un escalador medio. A estos grados le podemos añadir el símbolo + o – con el fin de detallar la dificultad. Con el 6, 7, 8, 9, etc. le añadiremos las letras a, b y c acompañadas de los símbolos + y – detallando con así mucho mas la graduación. Cuanto mayor sea el grado, mayor diferencia de los subgrados. En Alemania, Inglaterra, Australia o Estados Unidos se utilizan otros sistemas de graduación diferentes al francés.

El sistema americano de graduación es muy popular entre los escaladores españoles, debido a la presencia de estos en tierras americanas. Tal sistema empezó a utilizarse en Yosemite de ahí su nombre (YDS, Yosemite Decimal System). Tal sistema empieza con la llamada Clase 1, que es simplemente andar, hasta la Clase 5, que es donde empieza la escalada en roca con el empleo de la cuerda. A partir de la clase 5 se gradúa con subnúmeros y acompañados de las letras a, b, c y d para detallar la graduación. La comparativa con el sistema francés lo detallamos en la siguiente tabla, la cual es bastante aproximada.

Tal graduación se emplea tanto en escalada deportiva como en escalada en fisuras, escalada en pared ó escalada de montaña.

lunes, 10 de enero de 2011

Diario de una ascensión inacabada.

 Estamos en el día 3 de enero de 2011. La mañana es fría, pero no tanto como viene siendo normal para estas fechas. En Monzón tendríamos unos 8 grados a las 8:00 de la mañana. Aun así no nos desanimamos y ponemos rumbo norte hacia Ordesa. Cuando llegamos a la pradera, en cambio, la temperatura había descendido pero no demasiado. Unos 4 o 3 grados debía hacer a la sombra. Los habitantes bovinos de la zona, no querían que llegáramos a nuestro destino. Pero nuestra persistencia y cabezonería ganaría a tales animales.

La pradera, estaba cubierta por un elegante y gélido manto blanco, que tapaba la extensión de verde hierba que suele haber en este lugar. Debido a las bajas temperaturas pasadas las noches anteriores y la multitud de personas que emprendían la marcha normalmente hacia “cola de caballo”, la nieve prensada por las pisadas de los senderistas había convertido en el camino en una pista de patinaje.

Nada más empezar a caminar, comienzan las primeras risas del día (para variar), alguien se precipito rápidamente al suelo. Como si buscara algo entre la nieve y el hielo.
El camino se hacía impracticable en algunas zonas, más que nada en las de subida. El hielo nos hacía patinar con lo que conlleva que nuestro paso fuese más lento de lo habitual. A esto, decidimos echar mano de material técnico.

Una vez con los crampones en las botas, ya era otra cosa. Excepto por uno de nosotros que tenía problemas con estos. Llegamos aprisa a las gradas de soaso y a cola de caballo.
La verdad que nos llamaba bastante la atención, la de cascadas de hielo que había en el lugar.

Tras un alto en la marcha, paramos a los pies de la “Cola de caballo” para tomar un refrigerio y mejor aún, comer que ya era hora. Y como dice David, nosotros somos personas de horarios.

Así que tras esta pequeña parada técnica, nos disponemos a subir las Clavijas de soaso. Este paso de cadenas, no es muy peligroso pero con el peso de la mochila y con todos los zarrios que llevábamos se hacía molesto pasar por aquí. Sin olvidar el hielo que había.



Pasadas ya las 4 de la tarde, llegamos al refugio de Goriz, El cual está en remodelaciones y nos atienden dos guardas. Estos al quedar sorprendidos por la posesión de la federativa del 2011 (que nadie la tenía aun) nos ofrecieron cama en la habitación Marboré. En la que compartimos estancia con 6 personas más. Dos alicantinos, dos gallegos, dos madrileños y nosotros cuatro.

Al anochecer, comienza el ajetreo. Mientras estamos cocinando unos ricos tallarines a la carbonara. Una mujer, al parecer una de los dos gallegos, llega sola al refugio. Grita y pide socorro para su compañero, el cual según dice, ha quedado lastimado en una de las laderas del Taillon. Enseguida uno de los dos guardas se pone en contacto con los grupos de rescate del GREIM. Al ser de noche, el helicóptero no puede volar, entonces el operativo sería difícil porque se tendría que desplazarse a pie. Suerte que a la hora más o menos, aparece un hippie gallego. Tan campante y con ganas de cenar. Por lo menos no le ha pasado nada.

La noche como puede imaginarse fue un infierno. La tormenta esta vez no era con gotas de lluvia pero, truenos y rayos ya se oían unos cuantos. La orquesta sinfónica del lugar se hacia la dueña de la habitación, y allí no había quien pegara ojo. Hasta que por cosas del destino y del cansancio, el sueño se hizo presa de nosotros.

Pi pipipiiiii…
Las 5 de la mañana. Una sensación de no haber pegado ojo en toda la noche y el frio que hay fuera de los sacos de dormir, tientan a quedarse caliente y tumbado. Pero nuestro propósito es claro y nos levantamos para comer algo y vestirnos rápidamente. Pues debemos salir muy pronto. Ese día éramos los únicos que íbamos a intentar la cima.
Sin mapa, con una mochila con los víveres necesarios y con más ilusión que sueño, nos disponemos a encarar las empinadas subidas del Monte Perdido con solamente la luz de nuestros 3 frontales (si, tres, aunque fuéramos cuatro).

La nieve estaba muy dura a esas horas de la noche, pues las 5:45 debían de ser, y estaba cayendo una buena helada. La ventisca hacia que el detenernos sea horrible, el frio que traía esta, te calaba hacia dentro y se te helaban hasta los huesos.
Las primeras luces del día nos sorprendían en una pequeña llanura, en la que habíamos perdido la huella de los que lo intentaron el día anterior. Tras dar unos rodeos, nos la jugamos a subir por una ladera bastante vertical. En la que los crampones y el piolet eran nuestros únicos compañeros contra la dura nieve.

Cuando llevamos unos 50 metros en la vertical, se oye un grito en los puestos de detrás. Uno de nosotros cae unos 20 metros hacia abajo. La mala utilización del piolet, que no lo llevaba bien agarrado/colocado junto con unos antiguos crampones que en el momento menos oportuno se desencajaron de su bota, esta calló con la buena suerte de que con el crampón que le quedaba y a base de hundir las uñas en la nieve helada se detuviera a pocos metros de otro compañero, que al suceder esto, intento cavar un hueco en la nieve para poder colocar bien todo y volver a mentalizar al accidentado. El cual no se llevó más que un mero susto.

Durante un cuarto de hora, los otros dos integrantes del grupo, estaban arriba sin saber nada de los otros dos.
En el final de una pequeña arista, donde la ventisca pegaba con fuerza. El frio era insoportable, las yemas de los dedos de las manos y los dedos de los pies ya empezaban a tener el cosquilleo del azote del frio. Empezaron a intentar cavar un agujero en la nieve pero, sin resultado. La nieve se cavaba bien, pero no había espesor suficiente como para resguardar a estos dos compañeros. Por lo cual el acacharse y esperar era lo único que les quedaba a estos dos.

Cuando todo el grupo estuvo reunido de nuevo, pusieron en común lo ocurrido en la parte baja de la pendiente. La tardanza o demora de estos dos, venia dado por que el crampón del accidentado no se podía poner en su sitio, y tras pocos pasos, al hacer fuerza para hundir este en la nieve, se salía.

A estos problemas le debemos sumar el problema psicológico del miedo. Pues esta caída podría haber sido dura y haberse hecho algo de daño. No quería continuar.
Eran las nueve menos algo, no recuerdo exactamente cuánto. Habíamos tardado mucho en hacer este recorrido.

Era el momento de hacer balance. Si subíamos lo que nos quedaba de ascensión, se nos haría tarde y ya no podríamos bajar al coche. Por lo cual teníamos que pasar otra noche más en el refugio, cosa que no teníamos en mente en un principio. Y además, lo más duro, dejar que el cuarto integrante de nuestra expedición se diera la vuelta solo.(cosa que no podíamos hacer).


O por el contrario, retirarnos por esta vez y no dejar solo a nuestro compañero ante los peligros de la montaña. A esta decisión le sumamos el poder llegar a casa a una buena hora. Sin que se hiciera de noche. Pues las clavijas o algún paso parecido hubiera sido difícil orientarse y bajar en plena oscuridad.

Así que la decisión no era fácil, pero la amistad pudo a la codicia y dimos media vuelta. No sin antes jurarnos que lo volveríamos a intentar y lo lograríamos más adelante. Pero eso ya será otro  día…  Después del periodo de exámenes.

domingo, 9 de enero de 2011

Nudos (parte 2)

Ocho Doble
El único nudo recomendado universalmente por todos los manuales. Sencillo de ejecutar y memorizar. Muy sólido, ofrece la ventaja adicional de que cabo prácticamente no desliza, incluso bajo valores cercanos a la rotura. También se muestra muy útil para fijar cuerdas rápidamente a una reunión, como nudo a rehacer con facilidad tras desencordarnos en un descuelgue sin mosquetón cuya argolla sea pequeña... En fin, uno de los nudos más útiles.
Realización:
1. Haz un ocho simple en la cuerda a un metro, más o menos, del fina.
2. Pasa el extremo libre de la cuerda por el punto de unión, ya sea el hayamos escogido y, luego, sigue ese extremo libre de la cuerda, volviendo por el nudo original.
 El nudo debe quedar ajustado allí donde lo hayamos colocado, y debe dejarse un sobrante de cuerda con el que hacer un nudo de seguridad o retención. 


Alondra
Este nudo lo hacemos habitualmente con un anillo de cinta. La cabeza de alondra es uno de los nudos más utilizados para asegurarse en escalada artificial, sobre árboles, ramas, setas, piedras empotradas, puentes de roca, etc. ; aunque, cuando así suceda, siempre irá situado en la parte más próxima al anclaje para evitar el efecto palanca.
Lo usamos también para unir dos bagas, o para unir una de ellas a nuestro arnés, y nos permita así asegurarnos a los anclajes de sujeción, no de anticaídas.
Conviene tener en cuenta que, trabajando con anclajes de pequeño diámetro, disminuye la resistencia de la cinta en casi un 50%. 
Prusik
El nudo prusik es uno de los más importantes entre los nudos básicos; un nudo autobloqueante especial para bloqueos y rescates, además de aseguramiento, y fácil de desplazar.
La propiedad de este nudo es que estrangula la cuerda cuando está cargado, mientras que, una vez liberado, se puede deslizar por ella.
Se usa principalmente como bloqueo de elementos a la cuerda, seguro al ascender o como autoseguro de fortuna, y para hacerlo deberemos emplear un cordino auxiliar con un diámetro considerablemente inferior al de la cuerda que usemos (aproximadamente 5 o 6 mm).
¡Ojo! No es un Jumar o bloqueador con norma EN 567; presenta importantes limitaciones derivadas de su forma de trabajo sobre la cuerda.
En ocasiones, después de soportar nuestro peso, tendremos problemas para deslizarlo hacia arriba, lo que podremos solventar fácilmente aflojando el bucle central.
Para evitar problemas trataremos de hacer un nudo bien acabado, sin pliegues ni cabos montados. Las vueltas han de quedar perfectamente ordenadas y sin quedar amontonadas. Si el nudo sigue sin morder debidamente, podemos tratar de añadir vueltas alrededor de la cuerda.
Antes de comenzar a usar el nudo comprobaremos que funcione correctamente, ya que el más mínimo deslizamiento puede quemar el cordino debido a la fricción. Esto es especialmente peligroso dado el diámetro del cordino utilizado habitualmente, casi siempre de 7.
Realización:
1. Toma un cordino y haz un nudo de alondra de la cuerda.

2. Pasa todo el anillo dos o tres veces más a través del bucle central del alondra.
3. Carga el peso en el anillo comprobando si el nudo queda fijo en la cuerda. Si aún se desliza, hay que dar más vueltas hasta que deje de deslizar y muerda bien. 


 Dinámico
El nudo dinámico constituye un excelente recurso a la hora de asegurar o rapelar sin nuestro descendedor. Por ello, y ya que la posibilidad de perderlo siempre está presente, todo montañero debería conocerlo.
Se recomienda un mosquetón de pera – lógicamente con seguro –, ya que el nudo dinámico necesita espacio para poder invertirse dentro del mosquetón durante las Realización de dar y recoger cuerda o cambiar el sentido del aseguramiento.
Por último, no debemos olvidar colocar el cabo de carga junto al eje del mosquetón para obtener de él su máxima resistencia.
El inconveniente de usar este nudo es que riza mucho las cuerdas.
Realización:
1. Forma un par de bucles en la cuerda, de la manera que muestra la imagen, y pliega el segundo hacia el primero.
2. Introdúcelo en un mosquetón con seguro, cogiendo ambos bucles, y asegúrate de que el cabo de carga esté colocado junto al eje del mosquetón.
3. Comprueba que has hecho el correctamente y que funciona en ambos sentidos. 

Machard
Se trata de un nudo autobloqueante unidireccional que actuará en la dirección de la cuerda que quede situado. Dependiendo de hacia donde introduzcamos el seno. Se utiliza para progresar por cuerdas fijas o autoasegurarnos.
Hay que ajustar bien el seno que hace de polea. Bloquea hasta en cuerdas mojadas, aunque hay que dar por lo menos 6 o 7 vueltas alrededor de la cuerda.
Realización:
1. Rodea la cuerda con el cordino durante seis o siete vueltas.
2. Introduce uno de los bucles por el interior del otro, utilizando siempre el que quieres utilizar para bloquear y pasamos un mosquetón con cierre de seguridad.