"Mucho más que una disciplina para el cuerpo, el alpinismo es un lujo para el espíritu y un recurso para el alma."
sábado, 15 de enero de 2011
Graduación de la escalada en roca
El sistema de graduaciones constituye una herramienta más dentro de aquellas disponibles en el mundo de la escalada. Es un elemento orientativo que nos permite decidir si la ruta elegida está dentro de nuestras fuerzas y posibilidades técnicas. Es importante leer e interpretar adecuadamente tal menestra de números y letras con el fin de disponer de una referencia exacta y acertada. Está claro que no estamos obligados a emplear el sistema de graduaciones antes de comenzar nuestra ascensión, pero puede ser una buena herramienta de ayuda para un gran número de escaladores.
El grado de la vía viene dado por la dificultad técnica del paso, sin tener en cuenta el sistema de protección empleado, el patio, las condiciones climatológicas, el factor caída, etc. Debería costarnos lo mismo un paso de 6a a dos minutos del coche que otro a 500 metros del suelo. La dificultad técnica es la misma pero las condiciones ambientales son diferentes. Lo mismo con un paso de 6a de escalada en fisura y un paso de 6a de escalada deportiva. La dificultad técnica es la misma, a pesar de que la dificultad a la hora de colocar material es mayor durante la escalada en fisuras. La persona que gradúa la vía ha de hacerlo concentrándose en el esfuerzo y la dificultad del paso y olvidarse de las condiciones psicológicas y ambientales. A la hora de la verdad tales condicionantes afectaran a la hora de graduar, cuando en realidad no debieran afectar tal proceso.
En España y otros países europeos empleamos el sistema de graduación francés de dificultad en roca. Empezando en el número 1 y terminando actualmente en el número 9. Es una graduación abierta con posibilidades de progresión. El V (5) es el grado en donde empezarán las dificultades de escalada para un escalador medio. A estos grados le podemos añadir el símbolo + o – con el fin de detallar la dificultad. Con el 6, 7, 8, 9, etc. le añadiremos las letras a, b y c acompañadas de los símbolos + y – detallando con así mucho mas la graduación. Cuanto mayor sea el grado, mayor diferencia de los subgrados. En Alemania, Inglaterra, Australia o Estados Unidos se utilizan otros sistemas de graduación diferentes al francés.
El sistema americano de graduación es muy popular entre los escaladores españoles, debido a la presencia de estos en tierras americanas. Tal sistema empezó a utilizarse en Yosemite de ahí su nombre (YDS, Yosemite Decimal System). Tal sistema empieza con la llamada Clase 1, que es simplemente andar, hasta la Clase 5, que es donde empieza la escalada en roca con el empleo de la cuerda. A partir de la clase 5 se gradúa con subnúmeros y acompañados de las letras a, b, c y d para detallar la graduación. La comparativa con el sistema francés lo detallamos en la siguiente tabla, la cual es bastante aproximada.
Tal graduación se emplea tanto en escalada deportiva como en escalada en fisuras, escalada en pared ó escalada de montaña.
lunes, 10 de enero de 2011
Diario de una ascensión inacabada.
Estamos en el día 3 de enero de 2011. La mañana es fría, pero no tanto como viene siendo normal para estas fechas. En Monzón tendríamos unos 8 grados a las 8:00 de la mañana. Aun así no nos desanimamos y ponemos rumbo norte hacia Ordesa. Cuando llegamos a la pradera, en cambio, la temperatura había descendido pero no demasiado. Unos 4 o 3 grados debía hacer a la sombra. Los habitantes bovinos de la zona, no querían que llegáramos a nuestro destino. Pero nuestra persistencia y cabezonería ganaría a tales animales.
La pradera, estaba cubierta por un elegante y gélido manto blanco, que tapaba la extensión de verde hierba que suele haber en este lugar. Debido a las bajas temperaturas pasadas las noches anteriores y la multitud de personas que emprendían la marcha normalmente hacia “cola de caballo”, la nieve prensada por las pisadas de los senderistas había convertido en el camino en una pista de patinaje.
Nada más empezar a caminar, comienzan las primeras risas del día (para variar), alguien se precipito rápidamente al suelo. Como si buscara algo entre la nieve y el hielo.
Una vez con los crampones en las botas, ya era otra cosa. Excepto por uno de nosotros que tenía problemas con estos. Llegamos aprisa a las gradas de soaso y a cola de caballo.
La verdad que nos llamaba bastante la atención, la de cascadas de hielo que había en el lugar.
Tras un alto en la marcha, paramos a los pies de la “Cola de caballo” para tomar un refrigerio y mejor aún, comer que ya era hora. Y como dice David, nosotros somos personas de horarios.
Así que tras esta pequeña parada técnica, nos disponemos a subir las Clavijas de soaso. Este paso de cadenas, no es muy peligroso pero con el peso de la mochila y con todos los zarrios que llevábamos se hacía molesto pasar por aquí. Sin olvidar el hielo que había.
Pasadas ya las 4 de la tarde, llegamos al refugio de Goriz, El cual está en remodelaciones y nos atienden dos guardas. Estos al quedar sorprendidos por la posesión de la federativa del 2011 (que nadie la tenía aun) nos ofrecieron cama en la habitación Marboré. En la que compartimos estancia con 6 personas más. Dos alicantinos, dos gallegos, dos madrileños y nosotros cuatro.
La noche como puede imaginarse fue un infierno. La tormenta esta vez no era con gotas de lluvia pero, truenos y rayos ya se oían unos cuantos. La orquesta sinfónica del lugar se hacia la dueña de la habitación, y allí no había quien pegara ojo. Hasta que por cosas del destino y del cansancio, el sueño se hizo presa de nosotros.
Pi pipipiiiii…
Las 5 de la mañana. Una sensación de no haber pegado ojo en toda la noche y el frio que hay fuera de los sacos de dormir, tientan a quedarse caliente y tumbado. Pero nuestro propósito es claro y nos levantamos para comer algo y vestirnos rápidamente. Pues debemos salir muy pronto. Ese día éramos los únicos que íbamos a intentar la cima.
Sin mapa, con una mochila con los víveres necesarios y con más ilusión que sueño, nos disponemos a encarar las empinadas subidas del Monte Perdido con solamente la luz de nuestros 3 frontales (si, tres, aunque fuéramos cuatro).
La nieve estaba muy dura a esas horas de la noche, pues las 5:45 debían de ser, y estaba cayendo una buena helada. La ventisca hacia que el detenernos sea horrible, el frio que traía esta, te calaba hacia dentro y se te helaban hasta los huesos.
Las primeras luces del día nos sorprendían en una pequeña llanura, en la que habíamos perdido la huella de los que lo intentaron el día anterior. Tras dar unos rodeos, nos la jugamos a subir por una ladera bastante vertical. En la que los crampones y el piolet eran nuestros únicos compañeros contra la dura nieve.
Cuando llevamos unos 50 metros en la vertical, se oye un grito en los puestos de detrás. Uno de nosotros cae unos 20 metros hacia abajo. La mala utilización del piolet, que no lo llevaba bien agarrado/colocado junto con unos antiguos crampones que en el momento menos oportuno se desencajaron de su bota, esta calló con la buena suerte de que con el crampón que le quedaba y a base de hundir las uñas en la nieve helada se detuviera a pocos metros de otro compañero, que al suceder esto, intento cavar un hueco en la nieve para poder colocar bien todo y volver a mentalizar al accidentado. El cual no se llevó más que un mero susto.
Durante un cuarto de hora, los otros dos integrantes del grupo, estaban arriba sin saber nada de los otros dos.
En el final de una pequeña arista, donde la ventisca pegaba con fuerza. El frio era insoportable, las yemas de los dedos de las manos y los dedos de los pies ya empezaban a tener el cosquilleo del azote del frio. Empezaron a intentar cavar un agujero en la nieve pero, sin resultado. La nieve se cavaba bien, pero no había espesor suficiente como para resguardar a estos dos compañeros. Por lo cual el acacharse y esperar era lo único que les quedaba a estos dos.
Cuando todo el grupo estuvo reunido de nuevo, pusieron en común lo ocurrido en la parte baja de la pendiente. La tardanza o demora de estos dos, venia dado por que el crampón del accidentado no se podía poner en su sitio, y tras pocos pasos, al hacer fuerza para hundir este en la nieve, se salía.
A estos problemas le debemos sumar el problema psicológico del miedo. Pues esta caída podría haber sido dura y haberse hecho algo de daño. No quería continuar.
Eran las nueve menos algo, no recuerdo exactamente cuánto. Habíamos tardado mucho en hacer este recorrido.
O por el contrario, retirarnos por esta vez y no dejar solo a nuestro compañero ante los peligros de la montaña. A esta decisión le sumamos el poder llegar a casa a una buena hora. Sin que se hiciera de noche. Pues las clavijas o algún paso parecido hubiera sido difícil orientarse y bajar en plena oscuridad.
Así que la decisión no era fácil, pero la amistad pudo a la codicia y dimos media vuelta. No sin antes jurarnos que lo volveríamos a intentar y lo lograríamos más adelante. Pero eso ya será otro día… Después del periodo de exámenes.
domingo, 9 de enero de 2011
Nudos (parte 2)
El único nudo recomendado universalmente por todos los manuales. Sencillo de ejecutar y memorizar. Muy sólido, ofrece la ventaja adicional de que cabo prácticamente no desliza, incluso bajo valores cercanos a la rotura. También se muestra muy útil para fijar cuerdas rápidamente a una reunión, como nudo a rehacer con facilidad tras desencordarnos en un descuelgue sin mosquetón cuya argolla sea pequeña... En fin, uno de los nudos más útiles.
Realización:
1. Haz un ocho simple en la cuerda a un metro, más o menos, del fina.
2. Pasa el extremo libre de la cuerda por el punto de unión, ya sea el hayamos escogido y, luego, sigue ese extremo libre de la cuerda, volviendo por el nudo original.
El nudo debe quedar ajustado allí donde lo hayamos colocado, y debe dejarse un sobrante de cuerda con el que hacer un nudo de seguridad o retención.
Alondra
Este nudo lo hacemos habitualmente con un anillo de cinta. La cabeza de alondra es uno de los nudos más utilizados para asegurarse en escalada artificial, sobre árboles, ramas, setas, piedras empotradas, puentes de roca, etc. ; aunque, cuando así suceda, siempre irá situado en la parte más próxima al anclaje para evitar el efecto palanca.
Lo usamos también para unir dos bagas, o para unir una de ellas a nuestro arnés, y nos permita así asegurarnos a los anclajes de sujeción, no de anticaídas.
Conviene tener en cuenta que, trabajando con anclajes de pequeño diámetro, disminuye la resistencia de la cinta en casi un 50%.
Prusik
El nudo prusik es uno de los más importantes entre los nudos básicos; un nudo autobloqueante especial para bloqueos y rescates, además de aseguramiento, y fácil de desplazar.
La propiedad de este nudo es que estrangula la cuerda cuando está cargado, mientras que, una vez liberado, se puede deslizar por ella.
Se usa principalmente como bloqueo de elementos a la cuerda, seguro al ascender o como autoseguro de fortuna, y para hacerlo deberemos emplear un cordino auxiliar con un diámetro considerablemente inferior al de la cuerda que usemos (aproximadamente 5 o 6 mm).
¡Ojo! No es un Jumar o bloqueador con norma EN 567; presenta importantes limitaciones derivadas de su forma de trabajo sobre la cuerda.
En ocasiones, después de soportar nuestro peso, tendremos problemas para deslizarlo hacia arriba, lo que podremos solventar fácilmente aflojando el bucle central.
Para evitar problemas trataremos de hacer un nudo bien acabado, sin pliegues ni cabos montados. Las vueltas han de quedar perfectamente ordenadas y sin quedar amontonadas. Si el nudo sigue sin morder debidamente, podemos tratar de añadir vueltas alrededor de la cuerda.
Antes de comenzar a usar el nudo comprobaremos que funcione correctamente, ya que el más mínimo deslizamiento puede quemar el cordino debido a la fricción. Esto es especialmente peligroso dado el diámetro del cordino utilizado habitualmente, casi siempre de 7.
Realización:
1. Toma un cordino y haz un nudo de alondra de la cuerda.
2. Pasa todo el anillo dos o tres veces más a través del bucle central del alondra.
3. Carga el peso en el anillo comprobando si el nudo queda fijo en la cuerda. Si aún se desliza, hay que dar más vueltas hasta que deje de deslizar y muerda bien.
Dinámico
El nudo dinámico constituye un excelente recurso a la hora de asegurar o rapelar sin nuestro descendedor. Por ello, y ya que la posibilidad de perderlo siempre está presente, todo montañero debería conocerlo.
Se recomienda un mosquetón de pera – lógicamente con seguro –, ya que el nudo dinámico necesita espacio para poder invertirse dentro del mosquetón durante las Realización de dar y recoger cuerda o cambiar el sentido del aseguramiento.
Por último, no debemos olvidar colocar el cabo de carga junto al eje del mosquetón para obtener de él su máxima resistencia.
El inconveniente de usar este nudo es que riza mucho las cuerdas.
Realización:
1. Forma un par de bucles en la cuerda, de la manera que muestra la imagen, y pliega el segundo hacia el primero.
2. Introdúcelo en un mosquetón con seguro, cogiendo ambos bucles, y asegúrate de que el cabo de carga esté colocado junto al eje del mosquetón.
3. Comprueba que has hecho el correctamente y que funciona en ambos sentidos.
Machard
Se trata de un nudo autobloqueante unidireccional que actuará en la dirección de la cuerda que quede situado. Dependiendo de hacia donde introduzcamos el seno. Se utiliza para progresar por cuerdas fijas o autoasegurarnos.
Hay que ajustar bien el seno que hace de polea. Bloquea hasta en cuerdas mojadas, aunque hay que dar por lo menos 6 o 7 vueltas alrededor de la cuerda.
Realización:
1. Rodea la cuerda con el cordino durante seis o siete vueltas.
2. Introduce uno de los bucles por el interior del otro, utilizando siempre el que quieres utilizar para bloquear y pasamos un mosquetón con cierre de seguridad.
viernes, 7 de enero de 2011
Nudos (parte 1)
Partes de un nudo.
Si nos coge por banda un especialista en cabuyería, ya sea marinera o montañera, ¡uf!, estamos perdidos. Una forma de no volverse loco en cuanto empiece con sus insufribles tecnicismos es tener claro que para los escaladores de a pie un chicote es un cabo o punta de cuerda. Si alguien te dice que te puedes atar con un ocho por chicote se refiere a la forma de realizar el nudo, es decir resiguiendo con el cabo toda la figura de ocho (vamos, el encordamiento corriente y moliente). Si te habla de un ocho por seno para autoasegurarte en una reunión no te asustes: también es un ocho corriente ejecutado a partir de un bucle o pliegue de la cuerda (un seno) Existen otros términos o partes de un nudo que omitiremos para no aburrir y que se entienden viendo las imágenes.
Pescador Doble
El nudo “Pescador doble” es un nudo para unir cuerdas.
Rápido de hacer y muy resistente. Incómodo para deshacer cuando ha sido cargado. Es el nudo estándar para confeccionar los anillos de los cordinos auto bloqueantes o los que abandonamos como instalación de rápel, para aprovechar un puente de roca, árbol, etc. Realización:
1. Girar el extremo de una cuerda dos veces alrededor de la otra. Luego pasa el extremo por el centro de la espiral.
2. Repite la operación esta vez enrollando la segunda cuerda alrededor de la primera, pero en dirección opuesta.
3. Finalmente, tira de los cuatro cabos para tensar un nudo contra otro y conferir firmeza al conjunto. Los cabos sobrantes han de medir al menos 12 cm.
Pescador Triple
Este nudo es más seguro que el pescador doble. Por esta razón se usa para unir cuerdas muy rígidas, cuerdas de Spectra, Dyneema, Kevlar o Gemini, materiales que aunque son muy resistentes, presentan problemas con la estabilidad de los nudos. Realización:
La realización de este nudo es igual que la del pescador doble, pero girando la cuerda tres veces en lugar de dos, alrededor de la otra.
Plano
El nudo de cinta, o nudo plano, es realmente el único eficaz para hacer bagas, porque la cinta tiene notable tendencia a deslizarse sobre sí misma, y resulta peligroso el uso de otros nudos, como el doble pescador. Desgraciadamente, también tienen cierta tendencia a aflojarse, por lo que es conveniente que cada cabo sobresalga del nudo al menos 7 cm además de revisarlo antes de cada uso. Realización:
1. Haz un nudo simple en un extremo de la cinta.
2. Coloca los dos cabos enfrentados e introduce el extremo libre en el nudo, siguiéndolo.
3. Aprieta para repartir las tensiones.
Los cabos sobrantes han de quedar en sentido opuesto y medir, como mínimo, 7 cm.
Ocho
Es el nudo de ocho el más habitual en el trabajo. Se puede hacer de dos formas: una, partiendo de la punta de la cuerda – ocho doble – y, otra, desde la mitad de ésta. Realización:
1. Forma un lazo con la cuerda.
2. Vuelve el extremo del lazo, primero por encima y luego bajo los cabos fijos.
3. Introduce el extremo del lazo por dentro del bucle.
4. Tensa el nudo, y que quede bien peinado.
domingo, 2 de enero de 2011
Comienza nuestro año...primera parada, Monte Perdido.
Ya está preparada la mochila, la comida, el material, y mañana alas 8:00 h. salimos de Monzón rumbo al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Las previsiones del tiempo son buenas, no hay probabilidad apenas de precipitaciones y las temperaturas parece que no castigarán demasiado. Lo que más tememos es el estado de la nieve y la niebla, haber si hay suerte.
El objetivo de mañana es llegar hasta el refugio de Góriz al mediodia, ir poco a poco y fijándonos en los detalles, tanto de cielo como de nieve. El martes saldremos antes de que amanezca para llegar en unas 4 horas a la cima de Monte Perdido. Disfrutaremos de las vistas un rato, si las hay, y bajaremos hasta el refugio de nuevo si puede ser sobre la hora de comer, y después...Dios dirá lo rebentaos que estaremos.
Haber si todo sale bien!! Un saludo
El objetivo de mañana es llegar hasta el refugio de Góriz al mediodia, ir poco a poco y fijándonos en los detalles, tanto de cielo como de nieve. El martes saldremos antes de que amanezca para llegar en unas 4 horas a la cima de Monte Perdido. Disfrutaremos de las vistas un rato, si las hay, y bajaremos hasta el refugio de nuevo si puede ser sobre la hora de comer, y después...Dios dirá lo rebentaos que estaremos.
Haber si todo sale bien!! Un saludo
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